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Las estructuras de historias que ya hemos visto demasiado: Anti consejos para evitar tropiezos
Publicado el Lunes, 28 Oct. 2024
En el mundo de la escritura, hay ciertas estructuras narrativas que se han usado tanto que corren el riesgo de volverse predecibles y perder su impacto. Estas estructuras, si no se manejan con cuidado, pueden hacer que las historias parezcan repetitivas y carezcan de frescura.
Las estructuras de historias que ya hemos visto demasiado: Anti consejos para evitar tropiezos
En el mundo de la escritura, hay ciertas estructuras narrativas que se han usado tanto que corren el riesgo de volverse predecibles y perder su impacto. Estas estructuras, si no se manejan con cuidado, pueden hacer que las historias parezcan repetitivas y carezcan de frescura. Esta reflexión surge de un debate intenso con otros autores sobre el valor y los peligros de recurrir a estas estructuras. Muchos señalaron ejemplos de libros exitosos que utilizaban estos enfoques, lo que me llevó a replantear mis ideas y explorar más a fondo si, pese a su uso reiterado, estas estructuras aún pueden ejecutarse con éxito.
No pretendo imponer reglas absolutas, solo principios generales para aquellos escritores que buscan innovar y evitar caer en fórmulas desgastadas. Si has escrito algo que cae dentro de estas categorías, no te desesperes. Aunque sea más difícil lograr que esas historias se destaquen, hay autores que toman estos tópicos trillados y los convierten en auténticas obras de arte, dándoles un giro único y original.
Debemos evitar estas estructuras porque su uso excesivo puede hacer que las historias pierdan originalidad y se vuelvan predecibles. Innovar no siempre significa inventar algo completamente nuevo, sino encontrar una forma de hacer que lo conocido se sienta diferente y emocionante.
1. “Todo Fue un Sueño”: El Engaño que Puede Desencantar
No tengo problema con el uso de sueños en la narrativa. Los sueños pueden ser fascinantes y ofrecen una ventana al inconsciente del personaje. Funcionan muy bien cuando están cargados de simbolismo o cuando nos ayudan a entender mejor al protagonista. Sin embargo, el problema surge cuando el autor presenta un sueño como si fuera realidad, solo para sorprender al lector con un giro que revela que nada de lo que leyó sucedió realmente. Este recurso puede sentirse como un engaño y abusar de la confianza del lector.
Imagina abrir una historia con un evento lleno de acción y drama, solo para que, unos párrafos después, descubras que todo era un sueño. Un ejemplo claro de este recurso es la novela ‘Dallas’, en la que un giro similar dejó a muchos lectores sintiéndose engañados. Esto deja al lector con una sensación de falta de propósito, sin importar cuán espectacular haya sido la escena. A menos que el sueño aporte algo más, como una profecía o un vínculo emocional con la trama real, es mejor evitar este giro. Los sueños deben tener un propósito más allá de sorprender: deben enriquecer la historia y dar profundidad a los personajes.
### 2. Dos Personas Hablando en un Bar: ¿Diálogo o Monotonía?
Los bares pueden ser lugares fascinantes, llenos de misterio y oportunidad para la interacción. Sin embargo, si el escenario se limita a dos personas conversando sin que haya ninguna acción adicional, la escena puede tornarse pesada y estática. Por ejemplo, en ‘Inglourious Basterds’ de Quentin Tarantino, la famosa escena en la taberna funciona porque no se trata solo de diálogo, sino que está cargada de tensión y peligro inminente, haciendo que la conversación sea mucho más dinámica e interesante. Esto ocurre porque no hay movimiento ni dinamismo: el entorno es fijo y la historia pierde su energía si no hay elementos que la mantengan viva.
Si piensas en situar una escena en un bar, pregúntate primero si hay otro lugar más único donde podrían desarrollarse las conversaciones importantes. Una buena ubicación puede agregar una capa de significado a la historia, proporcionando una atmósfera que apoya y resuena con la narrativa. Además, los lugares donde los personajes puedan moverse e interactuar de manera física tienden a ofrecer más oportunidades para combinar diálogo con acción. Incluso un parque, un museo o un mercado podrían servir mejor si permiten a los personajes interactuar de maneras más variadas, proporcionando oportunidades para revelar detalles importantes de la historia a través de acciones y no solo palabras.
3. El Héroe que no Cambia: La Necesidad del Arco de Transformación
Un comentario común fue que no todos los personajes necesitan cambiar. Y es verdad: personajes como Sherlock Holmes o James Bond no muestran grandes transformaciones entre una historia y la siguiente. Sin embargo, incluso estos personajes tienen pequeñas evoluciones que agregan profundidad. Por ejemplo, en “Skyfall”, Bond enfrenta su propia vulnerabilidad, algo que rara vez habíamos visto. Otro ejemplo es cómo Sherlock Holmes muestra más humanidad en ciertos casos a medida que avanza la serie de historias escritas por Arthur Conan Doyle, revelando una ligera evolución en su carácter.
La mayoría de las historias se benefician de que su protagonista evolucione de alguna manera significativa. Un cambio en el personaje no necesita ser dramático; las transformaciones sutiles pueden ser las más poderosas, siempre y cuando aporten algo crucial al arco narrativo. Los personajes que evolucionan captan la atención del lector, ya que les permiten conectar emocionalmente con su viaje y ser testigos de su crecimiento personal. Incluso un cambio de actitud o perspectiva puede hacer una gran diferencia en la forma en que se percibe una historia.
4. La Historia de la Bañera: Un Personaje, una Ubicación, poca Evolución
Contar una historia donde un personaje se encuentra atrapado en un solo lugar puede ser un recurso riesgoso. Aunque hay ejemplos épicos como “12 Angry Men”, que ocurre completamente dentro de una sala de deliberación del jurado, estas historias funcionan porque se basan en un conflicto interno y en tensión dramática constante. El espacio limitado se compensa con una riqueza en la interacción de los personajes y un conflicto palpable que mantiene el interés.
Si decides usar una sola ubicación, necesitas asegurarte de que haya suficiente tensión y conflicto para sostener la atención del lector. En este sentido, estás escribiendo una especie de obra teatral donde la limitación espacial debe ser compensada con un desarrollo emocional y argumental potente. Piensa en cómo puedes hacer que el espacio limitado trabaje a tu favor: el uso creativo del entorno, los detalles minuciosos que revelan la personalidad del personaje y la manera en que la tensión se acumula de manera efectiva son elementos que pueden transformar un escenario aparentemente estático en una olla a presión de emociones y revelaciones.
5. El giro “Punto de vista no humano”: La trampa del personaje Sorpresa
Este recurso implica que el lector crea que el narrador es humano, solo para luego descubrir que es un perro, un gato o incluso una pulga. No es que las historias con personajes animales sean un problema – “Animal Farm” es un gran ejemplo de cómo hacerlo bien —, el problema es cuando el autor utiliza esto como un truco barato para sorprender al lector. Una buena sorpresa debe hacer que el lector piense “Claro, debí haberlo notado”, no hacerle sentir que fue engañado.
Para que un giro de este tipo funcione, es fundamental sembrar pistas que, al ser releídas, permitan al lector ver cómo la historia apuntaba hacia esa revelación. Las sorpresas más satisfactorias son aquellas en las que el lector se da cuenta de que todo estaba ahí desde el principio, pero no se había percatado. Este tipo de revelación recompensa la atención del lector y fortalece el vínculo con la narrativa.
6. Cumplimientos de Deseos Disfrazados: El Riesgo de Escribir a tu Alter Ego
Todos hemos visto libros donde el protagonista parece un reflejo de los deseos del autor: guapo, exitoso, seductor, rico, casi perfecto. Aunque este tipo de novelas puede ser entretenido para ciertos lectores, si no se hace con cuidado puede resultar poco creíble y hasta embarazoso. Cuando el protagonista es poco más que un alter ego del autor sin defectos reales, la historia pierde autenticidad y se convierte en una sesión de terapia disfrazada de ficción.
Para evitar caer en este tópico, es esencial dar a los personajes defectos reales, desafíos genuinos y vulnerabilidades. Esto los hace más humanos y permite que los lectores se identifiquen con ellos. Los héroes perfectos, sin debilidades ni conflictos internos, resultan aburridos y unidimensionales. En cambio, un personaje que lucha, que se equivoca y que enfrenta sus propias limitaciones, no solo es más interesante, sino que también genera empatía y conexión emocional con el lector.
7. Evita Convertir a tu Protagonista en un Escritor (Otra Vez)
Escribir sobre un autor como protagonista es un recurso que se ha utilizado hasta el cansancio. Stephen King lo ha hecho de forma exitosa, pero si no eres Stephen King, es mejor pensárselo dos veces antes de elegir esta profesión para tu personaje principal. Hay tantas profesiones fascinantes que pueden aportar nuevos enfoques y perspectivas. Podrías considerar profesiones como arqueólogo, chef de alta cocina o fabricante de perfumes, las cuales ofrecen mundos llenos de detalles interesantes. Sal de tu zona de confort, explora otras vidas y trabajos, y permite que el lector descubra el mundo a través de una lente diferente.
Eligiendo una profesión poco común, puedes enriquecer tu narrativa y ofrecerle al lector un vistazo a una realidad que desconoce. Además, es más probable que surjan conflictos y situaciones únicas que hagan la historia memorable. La elección de una profesión interesante es una oportunidad para explorar mundos fascinantes y proporcionar una experiencia rica y variada al lector.
8. Amnesia: Un Recurso que se ha Vuelto un Cliché
Hay muchos más casos de amnesia en los libros que en la vida real. Es una herramienta narrativa que ha sido usada tantas veces que se ha convertido en un cliché que rara vez sorprende al lector. Para usar amnesia de manera efectiva, necesitas encontrar un ángulo completamente nuevo, uno que desafíe las expectativas y ofrezca algo más que una excusa conveniente para el desarrollo de la trama.
El problema con la amnesia es que se ha utilizado como un recurso fácil para salir de situaciones complicadas. En lugar de ser un motor narrativo poderoso, a menudo se convierte en una solución perezosa para problemas argumentales. Si decides usar amnesia, piensa en cómo podrías darle un giro original: ¿qué pasaría si el personaje no solo olvidara su pasado, sino también olvidara una habilidad crucial que necesita para salvarse a sí mismo o a otros? Encontrar un enfoque único puede darle nueva vida a este recurso tan desgastado.
Sé que algunos escritores pueden ver estos comentarios como un desafío, y eso está bien. La escritura no se trata de seguir reglas fijas, sino de conocerlas y luego decidir cómo romperlas con eficacia. Puedes escribir lo que quieras, pero si decides desafiar cada una de estas advertencias al mismo tiempo, corres el riesgo de ser demasiado ambicioso. La clave está en ser consciente de los peligros y encontrar formas de elevar estos recursos cuando los uses, de modo que tu historia se sienta fresca y llena de vida.
Recuerda que el objetivo final de cualquier historia es resonar con el lector, crear una conexión emocional y ofrecer una experiencia única. No se trata de evitar tópicos a toda costa, sino de usarlos sabiamente y asegurarse de que cada elección narrativa sirva para enriquecer la historia. Si logras hacer esto, incluso las estructuras más usadas pueden brillar con luz propia y ofrecer algo realmente especial.
En el mundo de la escritura, hay ciertas estructuras narrativas que se han usado tanto que corren el riesgo de volverse predecibles y perder su impacto. Estas estructuras, si no se manejan con cuidado, pueden hacer que las historias parezcan repetitivas y carezcan de frescura.